“Demoniza alimentos”. “Llevará a la pérdida masiva de empleos”. “Asusta en lugar de educar”. Estos son algunos de los argumentos que se esgrimen en contra de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, que establece la inclusión de un sistema de octógonos negros que advierten cuándo los productos contienen exceso de azúcar, sodio, grasas o calorías, todos asociados con un aumento del riesgo de obesidad y otras patologías no transmisibles (Fuente).
