El Congreso la convirtió en ley ayer. De todas formas, va a pasar medio año, a partir de su reglamentación, hasta que los productos de las góndolas del país empiecen a teñirse de los octógonos negros que advierten sobre los alimentos menos saludables a la venta. Y la industria tendrá un plazo de dos años para terminar de adaptarse. Se trata de una ley muy esperada y debatida, que estuvo a punto de naufragar varias veces, pero que finalmente vio la luz. La pregunta es cómo y cuánto puede cambiar esta ley nuestra alimentación (Fuente).
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