Cumplir con el nuevo etiquetado frontal para alimentos y bebidas preenvasados no ha sido sencillo para las pequeñas y medianas empresas (Pymes).
Mientras las grandes compañías optaron por reformular sus productos casi de inmediato y evitar los sellos de advertencia, los pequeños aún no logran entender qué se necesita para cumplir con la regulación ni se han adaptado por los costos que implica (Fuente).
