La normativa europea establece que es obligatorio aplicar un tratamiento de congelación de los productos pesqueros destinados a consumirse crudos o poco cocidos, pero excluye el salmón del Atlántico de piscifactoría. Esta exención se basa en un dictamen de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) de 2010 (Fuente).
