Por tanto, teniendo claro que existe una necesidad de implantar un sistema de etiquetado frontal de los alimentos; que esta necesidad está motivada por el aumento de las patologías relacionadas con la mala alimentación; que la implantación del sistema frontal de etiquetado debe ser obligatorio, fácil de interpretar y basado en las mejores pruebas disponibles para indicar las características saludables de alimentos y bebidas, según indica la OMS; entonces, nos debemos preguntar: ¿cuál de los sistemas que actualmente se proponen es el más efectivo para alcanzar los objetivos antes señalados? (Fuente).
