Julio
ETIQUETADO DE ALIMENTOS EN ECUADOR: IMPLEMENTACIÓN, RESULTADOS Y ACCIONES PENDIENTES
Por: Adrián Alberto Díaz, Paula Mariana Veliz, Gabriela Rivas-Mariño, Carina Vance Mafla, Luz María Martínez Altamirano y Cecilia Vaca Jones
La epidemia de enfermedades no transmisibles (ENT) que afrontan todos los países del mundo es de tal magnitud que, en septiembre de 2011, el Secretario General de las Naciones Unidas convocó una reunión de Alto Nivel para tratar este problema de salud pública. Resultado de ello es la Declaración de Alto Nivel sobre la Prevención y el Control de las ENT (1), donde los Jefes de Estado reconocen que estas enfermedades “constituyen unos de los principales obstáculos para el desarrollo en el siglo XXI, que socavan el desarrollo social y económico en todo el mundo y ponen en peligro la consecución de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente”.
Asimismo, la declaración incluye un conjunto de medidas que deben ser adoptadas para luchar contra esta epidemia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ENT son la principal causa de muerte en el mundo y responsables de 38 millones (68%) de las defunciones registradas en 2012, de las cuales, 16 millones (40%) se producen antes de los 70 años de edad (2). Un dato alentador es que en la última década se ha registrado una disminución constante (12%) de la tasa de mortalidad por ENT estandarizada por edad (3). En el mismo período, la probabilidad de muerte prematura por ENT se ha reducido 15% en el mundo, siendo los países de altos ingresos los que exhiben los mayores progresos gracias a la reducción de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares (ECV) asociada a la disminución de la tasa de hipertensión arterial, el menor consumo de tabaco y los avances en el tratamiento médico de los trastornos hipertensivos (2, 3).
Respecto de la prevalencia de obesidad se observa un aumento de más del doble entre 1980 y 2014, afectando y en la actualidad afecta a 11% de los hombres y 15% de las mujeres mayores de 18 años en todo el mundo, cifra que asciende a 38 y 40%, respectivamente, en el caso del sobrepeso. En la Región de las Américas las prevalencias de sobrepeso y obesidad en ambos sexos alcanzan 61 y 27%, respectivamente (2). En menores de 5 años, estas prevalencias han ascendido de manera constante en todo el mundo durante la última década y se estima que el número de niños afectados alcanzó los 42 millones en 2013 (4). En América Latina, 7% de los menores de 5 años (3,8 millones) presenta sobrepeso u obesidad, y estos valores aumentan progresivamente durante la edad escolar y la adolescencia (4). También la prevalencia de diabetes ha experimentado un crecimiento constante en los últimos años y actualmente se estima que afecta a 9% de la población mundial (2).
Ecuador se encuentra ante el desafío de la doble carga de la malnutrición (5). En los menores de 5 años, la anemia y el retraso del crecimiento constituyen los principales problemas de salud pública, cuyas prevalencias son 25,7 y 25,3%, respectivamente, mientras que el sobrepeso y obesidad alcanzaron 8,6% en 2012. En los escolares de 5 a 11 años, la prevalencia llega a 29,9% y en los en adultos de 20 a 60 años, a 62,8% (6). Además, 4 de las 5 principales causas de muerte en Ecuador están asociadas con las ENT, que representan 31,11% del total de muertes en el país (7).
Los principales factores de riesgo de las ENT son el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y las dietas con un elevado contenido de azúcar y grasas saturadas, sumados a una escasa ingesta de frutas y hortalizas y al sedentarismo (8).
Las últimas décadas se han caracterizado por un cambio en los hábitos alimentarios a escala mundial, que consiste en la sustitución progresiva de los alimentos naturales o mínimamente procesados, con alto contenido de carbohidratos complejos, fibra y micronutrientes, por alimentos procesados, energéticamente densos o ricos en grasas, sal o azúcares simples (9, 10). Evidencia de ello es que las ventas de productos procesados en el mundo han aumentado 43,7% entre el 2000 y el 2013, y en América Latina la venta de alimentos procesados y bebidas azucaradas, 48%. Asimismo, en Ecuador, el consumo per capita de dichos productos lo hizo 19,8% entre el 2000 y 2013, pasando de 73,4 kg per cápita a 87,9 kg en 2013 (10).
Uno de los determinantes que explica esta tendencia es la agresiva estrategia de mercadeo que utiliza la industria de alimentos procesados y bebidas azucaradas cuyos principales destinatarios son los niños y los adolescentes (11). En este contexto, el Plan Nacional del Buen Vivir (PNBV) de Ecuador propone “revertir la tendencia de la incidencia de obesidad y sobrepeso en niños/as de 5 a 11 años” (12), para lo cual se implementó un plan de acción orientado a modificar el entorno obesogénico a partir de
un conjunto de líneas estratégicas, como la regulación del etiquetado de alimentos procesados, la promoción intensiva de la lactancia materna, la promoción de la alimentación saludable en escuelas y colegios, medidas fiscales y la regulación
de publicidad dirigida a niños y adolescentes (13).
El objetivo del presente artículo es analizar el proceso de implementación del etiquetado de alimentos procesados en Ecuador, los resultados alcanzados y las medidas complementarias requeridas para alcanzar la meta prevista en el PNBV.
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